Estoy en la ciudad que admiro y quiero,
pues necesito al fin, estar tranquilo,
lejos de la tensión y estar en vilo,
mi alma voy templando, cual acero.
Disipo los rencores y los miedos,
por fin estoy en paz y relajado,
disfruto así el sendero caminado
y en alto, sobre un cerro está Toledo.
Toledo, con su temple y con su historia,
secreta entre las piedras, aún calladas,
ansiosa de tu mano, al ser hallada,
en un sagaz rescate en la memoria.
Memoria de su ser y arquitectura,
de tanta variedad que la enriquece,
Toledo es imperial, su fama crece,
amante en el sentir de su cultura.
Culturas diferentes y caminos
de varias religiones conviviendo,
judíos y cristianos van uniendo
al árabe un sentir y su destino.
Toledo es referente de templanza
y el temple del acero es el que quiero,
inquebrantable al tiempo y valedero
que alarga en su perfil, punta de lanza,
Escrito en Septiembre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
