de insensatez.
Hay un velo oscuro que se eleva
frente a tus ojos y la sangre se agolpa
en tus sienes, con la intensidad
de tus remordimientos.
Las paredes de tu domicilio están
llenas de pinturas negras, que respiran
cuando intentas dormir.
Tus ojos cegados por la ira, niegan la luz
a tus pupilas y volaron hacia un azul deforme,
que se va oscureciendo, hasta conseguir
un diabólico negro, cuya intensidad
recuerda al pánico que sientes
en la oscuridad de tu cuarto...
cuando estás a solas, sin nadie
que te proteja de ti mismo.
Escrito en Agosto 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “zuhaitz”.