ponemos nuestras esperanzas.
Sobre las calles mojadas de la angustia,
quedan las ropas mojadas
y algunas insatisfacciones,
que nos hirieron con su asta de hueso
y penumbra .
Camino bajo los tilos, bajo el amparo
de sus hojas y el silencio sepultado
en entrecalles.
Algún noctámbulo, ebrio de recuerdos,
deambula por el amplio paseo,
cerrando los últimos bares
y bebiendo a grandes tragos
sus amarguras.
La noche se cierra sobre sí misma,
negra crisálida sobre luciérnagas de neón
y un soplo de aire, desvela el secreto
de los amantes.
El roce de unos besos, producen
las estrellas que habitan el firmamento
y una lívida luna, enferma de amor,
reina con su tristeza, dejando alrededor de su cuerpo,
un halo de luz y de ternura.
Escrito en Abril 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario