La poesía se muerde los labios,
después de beber en las fuentes de la ética.
Crece en espacios pequeños, y sin embargo
es capaz de llenar en su totalidad el alma.
Tiene un vínculo con la razón
y con la imaginación, pero también
con la ternura y esa monstruosa
forma de expresar dulcemente
hasta lo más terrible.
Coge de las solapas y sacude al más necio,
para encontrar en él, algún pequeño atisbo
de claro razonamiento en sus neuronas.
Escrito en Marzo 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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