en la penumbra,
donde se mecen plácidamente
todos nuestros sueños.
Ahora es tiempo de la ensoñación
que produce la realidad,
cuando exultante de belleza,
anega el alma con su presencia.
Crecen los horizontes y las sonrisas
y el pecho se llena de aire puro,
que vuelve de la montaña, trayendo
aromas de hierba y bosque.
Cada nacimiento emerge
desde las sombras protectoras,
hasta la luz que nos sorprende
y desdibuja nuestras sombras de tristeza.
Escrito en Febrero 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


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