como una voz en soliloquio vano,
abierto hacia la nada, pierde el llano
para alcanzar un risco desolado.
Al labio, rizo suelto y extenuado.
Cobija su selvática espesura,
la orla de tu sexo y su hermosura,
( sexo como sin voz, callado ).
Callado, no sin antes, su gemido
guardado en sus adentros, sepultado,
quedará por el aire, descuidado,
temiendo ser notado, al ser oído.
Escrito en Octubre 1993 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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