¡ No me agiten la copa! Quiero apreciar
los sabores genuinos de la vida y sentirlos
en el borde de mis labios.
Saborear lentamente el agridulce elixir
de esta existencia caótica e imprecisa.
El amargor de los labios que han bebido
todas las lágrimas, que brotaron
desde los ojos hasta las comisuras
o el dulzor de una alegría, traviesa, joven
y encantadora. Tan fugaz, que apenas
queda un leve aleteo de su plumaje
en una dibujada sonrisa.
¡ No me agiten la copa! No quiero
que pase rápido este trago que busco
y luego reparto en mi paladar ( bóveda
de mi templo del saber ) a través
de esta bebida o licor que va madurando
en las cubas de la experiencia.
Escrito en Abril 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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