negrura de la noche.
Mi cuerpo laso, cae irremediablemente
en un sopor profundo de pesado plomo
o nubes de mercurio.
Toda la noche se cierne sobre mí y me abraza
con una amorosa consistencia que me
embarga.
Hay una presencia que, en mi habitación,
me habla al oído, recordándome las experiencias que el día escribió sobre
mi memoria y me insta a plasmarlas
sobre el papel.
Me concede el beneplácito de una armonía
musical en mis versos y una filosofía
que transmitir, para aquellos que han despertado de su letargo hacia el insomnio
de las letras y deseen sentir el impulso
de mi llamada en sus conciencias.
Escribo por esa necesidad de compartir
el azogue de mis inquietudes y el vapor
de mi aliento, que nace de la efervescencia
de las palabras que brotan desde mi alma.
La poesía tiene la virtud de franquear
los abismos de la irracionalidad y abrir
espacios de luz, sobre las sombras
proyectadas en las mentes que viven
en una duda existencial, sin apreciar
lo que realmente tiene un valor añadido
en sus vidas.
Escrito en Abril 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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