en ácidas y amargas lágrimas.
Se derraman las emociones como caudales
de ríos tumultuosos
y desde el ánimo fluyen perladas gotas
de rocío, que cálidamente resbalan
por las mejillas, hasta la puntiaguda ladera,
que a la barbilla afrenta en un inusual diálogo
de pena incontenida o alegría, que florece
en el corazón y llega hasta el vértice mismo
de tu lengua, al pronunciar la palabra exacta
y precisa.
Escrito en Abril 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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