en una realidad, que no pueden cambiar.
intentan adornar con palabras vacías de sentido
y alto contenido de sexo sin consumar
el vacío que sufren sus almas.
La vacuidad produce el hastío
y la rebeldía sólo es una dialéctica al uso,
dentro de un conformismo admitido.
Palabras escupidas sin digerir,
con la carga de insatisfacciones
y el amargo sabor de la rutina,
con engranajes desgastados
y dientes carcomidos
por la triste saliva desperdiciada.
Se huele la hiel de la inmundicia
y un propósito sin voz aparente,
para intentar de un letargo,
sin saber, si es un sueño o una realidad
que fingimos, por cobardia.
Los huesos nos delatan, cuando la carne
no es fiel a su instinto y el vinagre
se escapa por las comisuras de los labios.
Escrito en Septiembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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