y huele a tierra,
huele a paloma de la paz
y a sangre seca, en la guerra.
Huele a sexo y a estallido,
a placer que se desborda incontenido,
a excremento de desidia,
a traición, a mentira y a perfidia.
A letargo y miedo presente,
a lágrima en mirada ausente,
a desvarío y a duda,
huele a gramos de locura.
La vida huele a ti, en la alegría,
a la muesca en la memoria de los días,
a la rabia incontenida
y a la furia desmedida.
Imbécil atavío, que perdura,
en lo que el tiempo borra sin pena,
con el óxido mortal de la cadena,
en la experiencia más dolorosa y dura.
Escrito en Septiembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz "
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