Cuando entornas tus ojos, hay dos estrellas
brillando en el horizonte que contemplo.
Tus cálidos ojos guardan esa mirada
que acaricia los sentidos y cuando eso ocurre,
se paralizan mis inquietas angustias
y un rayo secular de luz,
me conforta y abriga mi alma
con un edredón de ternura y el algodón
de unas sedosas nubes.
Cuando sonríes, hay un destello de blancura
en el marfil de tus dientes y las fresas salvajes
de tus labios, parecen dos rojas corolas
a punto de expandirse
en lava de volcán apasionado y febril,
que se derrama sobre mi, en profundos
y lánguidos besos.
Hay un secreto que huye de tus manos,
cuando coges mi mentón
y en un mimo delicado,
me raptas en ese instante en que me siento..,
perdidamente enamorado.
Escrito en Junio 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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