domingo, 18 de octubre de 2015

Caminantes bajo un mismo Sol

La calma en la superficie,
consigue que algunos crean
que todo va bien.
Algo se agita en el interior
e impide conciliar es sueño.

Un bombardeo de problemas
y preguntas absurdas,
que quien las hace,
conoce la respuesta.
Su ánimo es crear una inestabilidad,
pensando erróneamente, que el hecho
de que los demás se tambaleen,
le asegura su firmeza.

Todos caminamos en arenas movedizas,
la salvación está en la longitud del paso,
no es conseguir que los demás se hundan.
Si removemos el suelo en que pisamos,
nos hundimos todos.

El egoísmo es una nave muy pesada,
para navegar en los ríos de la emoción 
y la línea de flotación es importante,
para seguir el curso.

Las nubes pueden albergar en su interior,
el agua que de los ríos, arroyos y mares se evaporan,
pero no todas las lágrimas.
El viento arrastra consigo las hojas muertas
y el polvo del camino, pero no los suspiros
y las angustias.

La compasión no sirve de nada, si nuestras manos
no se alargan en la esperanza y contemplamos,
que todos somos caminantes con el mismo hambre
y la misma sed, bajo un sol inmisericorde.

Escrito en Octubre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “Zuhaitz".

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