con libar el dulce néctar y aspirar su aroma.
Caer en tu regazo, como fruto maduro,
perderme entre los suaves rizos de tu pubis,
gozarte durante tu gozo, en el nacimiento
de tu manantial.
Escuchar tus jadeos, perdida mi cabeza
entre tus muslos y adorarte.
Besar los labios de tu boca
y los labios de tu sexo.
Beberte despacio, sin prisa,
disfrutando del licor que de tu cuerpo emana.
Entregarme rotundamente y hallar
el sol en el rubor de tus mejillas
y las estrellas en tus entornados ojos.
Hacerte gozar hasta el éxtasis,
no existe mayor placer para mí,
que hallar en mis labios el fruto de tu placer,
ni mayor gozo, que tus suspiros entrecortados
y el aliento de tu boca, mientras tu cuerpo
curvado, se agita como las olas del mar,
mientras mis labios navegan por tu dulce piel.
Escrito en Octubre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“Zuhaitz”
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