Vivo en la decepción hasta el hastío,
no creo en las mentiras de la gente,
me he vuelto más sensato y consecuente
su pulso en la razón está vacío.
Siento por su abandono un triste frío,
y así, mi confianza es descendente,
su trama es desleal, cruel e hiriente,
producto de su envidia y desvarío.
Cuando alguien se traiciona a su verdad
y emite contra mi su falso juicio,
se hunde para mi en el desencanto.
Si vende su razón y honestidad,
su pago se origina en un perjuicio,
que sólo me produce un cierto espanto.
Escrito en Mayo 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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