de la espada de la indiferencia.
Hay naufragios frecuentes en el estanque,
donde se marchitaron los nenúfares
de nuestra juventud.
No puedo planchar las arrugas, que el tiempo
dejó sobre la piel y sin embargo, no mermó
en sus dimensiones.
El corazón ya no marca redobles de tambor
y se asedan los gestos y la voz,
la serenidad se instala después
de un lapsus de lucha e ingravidez,
sobre los cabellos desprendidos
y las horas que se marchitaron
durante las largas esperas.
Hoy es viernes y el tiempo se queda
agazapado entre las cortinas.
Escrito en Diciembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
I.S.B.N : 978 – 84 – 17279 – 06 – 6
Depósito Legal: BI – 1323 -2018
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