A la mujer que amé, nunca me amó.
Su sexo fué un cepo para privarme
de mi libertad y someterme.
Grillete para mi sexo, premio o castigo
para lograr sus fines.
Moneda de cambio, para negociar
y volver mi razón del revés, hasta rozar
la locura.
Nunca hubo amor, sólo negocio
volcado a sus propios intereses.
El amor sucumbió, manejando el deseo
a su antojo y para sumirme en la desolación
y convencerme de que no hay mayor mentira,
ni traición, que decir: TE AMO,
cuando se debiera decir: TE UTILIZO, TE RECICLO y TE DEJO. ( que escrito al revés se lee: JÓDETE ).
Escrito en Diciembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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