y promesas, para que crea en ti.
Me expulsaste del jardín del Edén,
cuando aún creía en la belleza
de las mariposas y tú, con tus alas de hierro,
mutilaste mis sueños.
Una gota de sangre y una lágrima
y en un descenso vertiginoso, me vi
desnudo y con frío, sin el calor
del cuerpo que amaba.
Ya no vuelo, ni sueño, no tengo más ilusión
que ver cómo desciendes a los infiernos
con tus alas de metal.
Mariposa de muerte, mariposa de hierro.
La indiferencia y el odio, se acuñan
con el mismo metal...
Rojo como el hierro, rojo como la sangre
que se coagula en el desánimo.
Escrito en Diciembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
I.S.B.N : 978 – 84 – 17279 – 06 – 6
Depósito Legal: BI – 1323 -2018
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