en la voz del viento, durante una tormenta
de nieve.
Frío corazón, que invita al calor
de la leña ardiendo en el hogar
y acurrucarse bajo las mantas
entre besos furtivos y abrazos con aromas
de cera y canela.
El invierno es la sugerencia de atesorar
la calidez y la ternura.
Invita a abrir el álbum de las viejas fotografías,
mientras se prepara un chocolate a la taza,
bajo la chimenea.
El fuego del hogar dibuja sombras
con tintes de ámbar y uno recuerda entonces,
el sabor del caramelo recién hecho en casa,
o aquellas almendras garrapiñadas,
que hacían en la tienda de la esquina,
en un caldero de cobre.
Escrito en Diciembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
I.S.B.N : 978 – 84 – 17279 – 06 – 6
Depósito Legal: BI – 1323 -2018
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