y tibios colores, al hilo de una conversación,
que amablemente se prolonga
con la cordialidad de una taza de café
y una sonrisa.
Se abren las ventanas, los ojos, las muestras
de afecto y surgen nuevas perspectivas
de encuentros.
Se construye un plan de futuro, sobre
una servilleta de papel y el azucarillo
se sumerge en un oscuro océano
de café reciente, humeante.
Las gafas se empañan y los ojos ascienden
por encima de sus monturas, sujetando
las miradas, con las sílabas que formamos
con la palabra “Amistad”.
La noche va acercando su oído, sigilosamente
y la tarde se despide con leve murmullo
y un abrazo.
La taza de café, ( ya vacía ) lleva una mancha
de carmín de tus labios, como queriendo
guardar tu beso, en una tarde llena
de amistad, recuerdos y añoranzas.
Escrito en Febrero 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
I.S.B.N : 978 – 84 – 17279 – 06 – 6
Depósito Legal: BI – 1323 -2018
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