Las puertas abiertas,
miradas perdidas,
un pulso de vida,
naturaleza muerta.
Un soplo atenuado,
tan sólo un suspiro
en un breve giro
y un sol desolado.
Un rastro de cera
sobre el pavimento,
huyen los momentos
en la tensa espera.
Nadie se entretiene
en buscar sentido,
es sólo un latido,
la vida va y viene.
No es cuestión de suerte,
el tiempo no es nuestro,
su juego es siniestro...
¡ Nos vence la muerte!.
Escrito en Enero 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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