Canta el poeta a la vida
y en su voz siente el ardor
de su verbo trovador
en su lira enmohecida.
Canta, cual jilguero herido
por las flechas del amor,
canta a pesar del dolor,
coplas de laurel ceñido.
Versos, que al amanecer,
crecen cual sol que destella
en palabras, aún más bellas,
a punto de florecer.
En el borde de la boca,
poniendo su corazón,
nos transmite esa emoción
que por desbordada es loca.
Mas yo sé que no equivoca
esos versos del abismo,
que naciendo en uno mismo,
nos apasiona y provoca.
Porque una vez palpitando
el corazón, en la entrega,
al amor jamás lo niega
y a él se va dedicando.
Amor, pasión...Es la vida
que va creciendo entre árgomas,
mientras el amor se asoma
para sanarnos la herida.
Poeta, que al sentimiento
vida y pasión le dedicas,
bebo el verso que predicas
y en él no está el sufrimiento.
Bálsamo es, para el lamento
no escuchado o comprendido,
tus versos son un latido,
como campanas al viento .
Escrito en Enero 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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