se la odia y se margina,
nadie piensa que origina
el final de nuestra suerte.
La muerte ni ve, ni elige,
su trabajo es detenernos
cuando caemos enfermos,
nos libera y nunca exige.
Ninguna explicación al uso,
ni alusiones a su sino,
porque no marca el destino,
ni se basa en el abuso.
Sólo actúa por piedad,
cuando la vida, por breve,
no contempla cuando llueve,
aún siendo una realidad.
Y su mano nos ofrece,
abrazando nuestro ser
y así desaparecer,
mientras la vida florece.
Escrito en Enero 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
I.S.B.N : 978 – 84 – 17279 – 06 – 6
Depósito Legal: BI – 1323 -2018
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