Las alas no pesan, si no se mojan
con las lágrimas.
Entonces, podemos volar lejos, allá
donde los sueños adquieren la ternura
de una flor y el aéreo espesor de las nubes.
Intento con la complicidad de mi silencio,
descubrir la inusual radiografía
de esa sonrisa, que se resiste a extenderse
sobre los labios y observo que la timidez,
no es sólo una característica,
sino un incurable mal, que anida en el alma
de aquellos que temen ser descubiertos,
sin sus máscaras o sus corazas.
Escrito en Mayo 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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