es sin duda, la intención
que anida en un corazón,
que es solitario y despierto.
No se ve en ningún entuerto,
visos de una solución,
si al hallar esa ocasión,
nuestro momento es incierto.
Todo lo que remediamos,
navega en la incertidumbre
y tenemos por costumbre,
remar cuando navegamos.
Llegar a puerto y vararse,
establecerse en la vida,
es labor comprometida
y costará acostumbrarse.
Pero, si el rumbo has perdido
y no conoces tu meta,
atraca con tu goleta
y haz en el puerto tu nido.
Escrito en Mayo 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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