Quien no sabe amar la vida,
plantea su existencia como una tragedia.
La sangre es el fluido resultante
de un martirio y las horas son las cadenas
que sostienen la base de todo aburrimiento .
Quien no sabe amar la vida, espera
un milagro cotidiano, que nunca llega,
su mente enferma, ignora el poder que tiene
la acción que descansa inactiva,
en sus manos dormidas.
Piensa, que soñar es un ejercicio vano
y no se atreve a conquistar con su voluntad ,
cada día que nace,
como una nueva oportunidad de ser feliz.
La ignorancia es el sueño de una razón,
aletargada y estéril, cuando la inteligencia
permanece inactiva y el temor se apodera
de sus músculos y se refugia
en una clausura que le impide ver la luz
del conocimiento y esa verdad, que por fin
le hará libre.
Escrito en Mayo 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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