lágrima seca en escama,
sin sentimiento en la cama,
fría, como sepultura.
Seco vientre, despojado
de emociones digeridas,
caja de ausencias de vida,
lengua de trapo mojado.
La voluntad anulada,
por la fatal consecuencia,
de una falta de conciencia
y una mente programada.
Muerto el amor, ya no queda,
más que un final anunciado,
la humanidad ha dejado
de sentir tactos de seda.
Interés y frialdad,
sin el calor de un abrazo,
que guarde en nuestro regazo,
un eco por la igualdad.
Careciendo del instinto,
frutos de un tiempo vencido,
sin un pulso o un latido,
dentro de este laberinto.
Escrito en Agosto 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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