acaso movidas por recio viento
abrasa el sol, con su cálido aliento,
templando mil noches, noches de lunas.
La nana del viento, en la cual te acunas,
lacera tu rostro, como a un sarmiento,
lo tiñe de hollín con negro pigmento,
tonos de olivo, jazmín y aceitunas.
Un lamento el viento, trae con las horas,
en que se añoran las tierras de Arabia,
( otrora vergel de la Andalucía).
Grande es tu tristeza y por eso lloras,
tu alma se angustia de enorme rabia
crece tu dolor, muere tu alegría.
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