aunque en la frialdad de una mirada,
se solidifica todo el vapor de la inercia,
que emana de mi imaginación.
Nada es real, ni comparable a la imagen efímera que divaga en mis sueños.
La realidad hiere con sus aristas,
porque las palabras cortan con sus filos
y los hechos son los escombros amontonados
de todas nuestras miserias.
La grandeza del alma sucumbe
ante las atronadoras voces, que crecen
en tamaño y volumen por las mentiras
fagocitadas.
El sexo y el dinero van de la mano con el poder
y se van rompiendo uno a uno
los espejismos de la belleza y la bondad.
se acumulan tensiones y se gravita
en torno a un núcleo incandescente,
que va quemando los cabellos a la razón
y las alas a la esperanza.
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