Ayer soñé que perdía
el sueño, por no tenerte
y fue peor que la muerte,
pues todo mi cuerpo ardía.
Me consumía en el llanto
y la desesperación,
se paró mi corazón
ante el horror y el espanto.
Cuando desperté encontré
una nota que decía
que tú ya no me querías
y de nuevo sollocé.
Pero no me consumí,
aunque preso en mi tristeza
casi pierdo la cabeza,
o al menos, eso creí.
Y comprobé, que en la vida,
igual que pasa en los sueños,
no basta sólo el empeño,
no todo tiene cabida.
A veces en la ilusión,
vivimos en una esfera
y puede resultar muy fiera
nuestra vuelta a la razón.
Nada dura, ni es eterno
y se ha de asumir su suerte,
para no hallar una muerte
más dura que el propio infierno.
Escrito en Julio 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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