y contempla en su quietud,
que se pierde la virtud,
porque así, se degenera.
Se diluye la esperanza,
si no se ve, con fe ciega
la promesa que se niega
y no es cuestión de tardanza.
Una palabra sentencia
y rubrica una intención,
esperando la ocasión
de elevarse en tu conciencia.
Mas, la paciencia se agota,
si la tardanza es un juego,
para despedirse luego
y eso sin duda, se nota.
Si la espera es larga y dura
y no vemos claridad,
he decir, que en verdad,
una soledad se augura.
Siempre hay un amanecer,
para quien espera en vano,
si arroja desde su mano
lo que le impida crecer .
Escrito en Diciembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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