nuestros pasos por la vida
y sin saber su medida,
existimos, caminamos.
Galopa el reloj ufano
y se muestra indiferente
ante el temor de la gente,
pues le resulta liviano.
Todo lo que nace, crece
y la muerte corta al sesgo,
manifestando ese riesgo,
por el cual, todo perece.
Pues si se vive angustiado
temiendo la infausta muerte,
no mudará nuestra suerte
y el pulso estará alterado.
Porque vivir con temor,
no es vivir, es la agonía
que se sufre cada día
y se presenta a tenor.
Todo lo que experimentas,
placer, dolor o inquietud,
conforman esa virtud,
que te mantiene y sustentas.
Busca la temeridad
de vivir cada segundo,
nada hay más grande en el mundo
y es nuestra oportunidad.
Escrito en Diciembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”
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