mejorando los errores cometidos,
puede ser, que lo que hayamos prometido
se construya poco a poco, si fluimos.
Si fluimos con la recta convicción,
de que todo, siempre puede mejorar;
que es cuestión de convencerse y caminar,
como un solo y decidido corazón.
Si ponemos nuestro empeño en la ilusión
de cambiar y hacer un mundo más humano,
no estarán tan vacías nuestras manos,
porque en ello va una carga de intención.
Y si todos, al final nos convencemos,
de que somos voluntad en movimiento,
forjaremos sobre un sólido cimiento,
libertades que por fin conseguiremos.
Es por ello que no hay que desesperarse,
la esperanza es cristalina y siempre blanca,
es tan sólo conseguir una palanca
y ese punto que requiere al apoyarse.
Una idea que remueve lo profundo
de la entraña, para conseguir la meta,
que nacida desde una mente inquieta
es capaz de mover un poco el mundo.
Todo es voluntad y convicción
de que somos el motor para cambiar
ese mundo, que esperamos mejorar,
desde el centro donde se halla la razón.
Escrito en Diciembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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