que estrechan palabras tímidas, se prodigan.
Atrás quedan las soledades de terciopelo,
tratando de aparentar la dicha perdida.
Llevo una llave en el fondo del bolsillo,
pues siempre se retorna a casa
y hay muchas cosas que contar a sus paredes.
Hay una angustia sumergida, en el fondo
de la fuente, en la que bebemos la felicidad
a pequeños sorbos.
Soy como soy y nunca me gustaron
los maquillajes. Se cuartean y ajan
las capas más finas y sensibles, de la piel
del alma.
Escrito en Diciembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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