con destellos ambarinos de miel.
Tu boca besa el silencio y lo llena
de notas armoniosas. En el cielo brillan
los blancos pañuelos de algodón, ingrávidos
y celestialmente hermosos.
Hoy he seguido tus pasos
y tu sonrisa cantarina, sonaba en las calles,
junto al saludo cotidiano y un amable :
BUENOS DÍAS.
He bebido tu mirada más dulce
y he sentido, cómo el viento abrazaba
el contorno de tu figura.
Aérea y fugaz, estrella que apareces
en el firmamento de mis sueños.
No me he atrevido a besarte, para no romper
el hechizo que de tu boca emana,
con cada palabra, cada sonrisa, cada silencio
suspendido en las notas más íntimas del aire.
Escrito en Diciembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”
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