Soñé, que en un beso se infundía,
un soplo de vida, de amor.
Que se compartía y se agrandaba el alma,
al encontrar otra alma, con la que compartír
tu vida.
Tremenda falsedad, en un beso hallé
la traición, el amargo sabor de la vida
en soledad y la falta de empatía de quienes
mienten, como parte de su sistema de vivir.
Hallé el amargor que queda en el paladar,
cuando el escaso dulzor se deshace
en tu boca.
Me di cuenta de que la mentira
crea un bello manto, para encubrir
una verdad, aún más bella,
que cuando cae el manto, su desnudez
es un insulto a la realidad,
que nada es auténtico y todo perece,
por no ser capaces de sujetarlo
con nuestro tesón y convicción.
Escrito en Noviembre 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito.”zuhaitz”.
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