sus negras marismas,
en el azogue del sueño.
Arremete mi cuerpo sobre la inercia del sopor
y cae vencido, como un pez de plata
en un estanque vacío.
El dominio de la nada en la inconsciencia,
el mundano acertijo del día posterior
y la sal en el sudor o la lágrima.
El día desaparece
entre los glúteos oscurecidos
de las montañas y se vierte su escasez
de color en los abismos insondables.
Me bastas unas pocas horas, para sacudír
mi cuerpo del letargo y morder con rabia
unas palabras, que nunca antes
fueron nombradas, durante la digestión
de algunas ideas malogradas.
Escrito en Noviembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
I.S.B.N : 978 – 84 – 17279 – 06 – 6
Depósito Legal: BI – 1323 -2018
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