para que el alma no sienta frío.
El almacén de la dicha cerró
por falta de existencias y no queda
más que buscar un poco, en las alacenas
que dejamos abandonadas, cuando pensamos
que todo era perpetuo y sin esfuerzo.
El gas que se desprende de nuestro entorno
es de un gris plomizo y tan sólo la lluvia
es capaz de disfrazar su apariencia,
cuando las lágrimas caen sobre el pavimento.
Hay un soliloquio entre lo que deseamos
y lo que en verdad somos.
Dejemos de buscar, sólo así podremos
encontrarnos de nuevo.
Escrito en Noviembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
I.S.B.N : 978 – 84 – 17279 – 06 – 6
Depósito Legal: BI – 1323 -2018
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