de besos dulces y gratos,
quieres navegar un rato,
sin saber si has naufragado.
Con un amor incipiente,
pues se ha de amar en la vida,
aunque parezca suicida
y termine de repente.
Todo pasa muy deprisa
y cuanto surge a tu paso,
ha de llegar a su ocaso,
como un temblor en la brisa.
Su perfume embriagador
es fruto de tu constancia,
tu bien hacer y prestancia,
tu entrega en cálido amor.
Bajo un cielo redentor,
suave como el terciopelo,
verás que brota tu anhelo,
con su aroma y su sabor.
El amor así disuelve,
tu temor, como una bruma
y entre algodones y espuma,
gentilmente se resuelve.
Escrito en Julio 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “zuhaitz”.
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