una broma de mal gusto.
Cada impulso que sentimos, desea ser
la mecha que encienda una nueva revolución.
No interesa el derramamiento de sangre,
sino las mentes pensantes, si aún
nos queda la esperanza en la evolución,
de una forma matemáticamente perfecta.
Sabemos lo manejables que somos
los seres humanos, cuando convertidos
en masa informe, nos dejamos moldear
por los mecanismos del poder.
Debemos abrir los ojos y las conciencias,
para evitar la explotación en un estado
de esclavitud, convertido en un falso
modelo de bienestar, creado por las imágenes
generadas por unos medios de comunicación,
controlados por el absolutismo
del poder establecido.
Los políticos son los nuevos amos,
para quien sueña imposibles, sin despertar
del letargo que nos impone
un gobierno corrupto y la falta de fe,
en la consecución de una sociedad perfecta.
que se va alejando de una realidad
tan cotidiana como insostenible.
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