de varonil elegancia.
humano, por su estatura
de armónica arquitectura.
Voz de notas magistrales
y prefacios teatrales.
Semblante de dura piedra
con suavidades de hiedra.
Blando, cuando se ha de ser,
preciso y sin oropel,
para meterse en la piel,
por su perfecto quehacer.
Arrogante al desafío,
que por su interpretación,
enalteciendo el guión,
sus ojos de acero frío,
regresan en la alborada
como rey de faraones,
en triunfales ocasiones
en la obra interpretada.
Narrador y novelista,
arquitecto, que en la frase,
sobre su espejo la hallase
en un verbo equilibrista.
Padre, amigo y compañero,
río fluyendo en vertientes
de versos inteligentes
que cultivas con esmero.
Amante del corazón,
libre espíritu, que anhela
el esplendor de una vela
y vive con ilusión...
Para dar de su alma pura,
lo que su ciencia y su arte,
se desvelan por mostrarte
en su mágica aventura.
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