del caos del desvarío.
De ese calor que provoca,
un ardor que me sofoca,
cuando se traba mi boca,
que se lanza y que se atreve,
mientras tu labio se mueve
y de nuevo te equivocas.
Lamento sólo el momento,
que sin ser jamás preciso,
se muestra como un inciso
y poniendo el corazón,
arriesga en su decisión.
Sólo queda una ocasión
y de ella nadie se salva.
La ocasión la pintan calva
y aprovechar el momento
es como ese linimento,
que sana las contusiones
que hieren los corazones.
Que nadie ve, ni bendice,
pues no se nombra o se dice,
para no perder un ritmo
que se diluye en guarismos,
pues por fatal y aburrida,
nunca es justa nuestra vida.
Escrito en Abril 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario