las cuerdas de una guitarra,
trepando en los corazones solitarios,
como un amor hecho de ternuras
y enredaderas.
Algunas nubes se desplazan, entre suspiros
y blancas caricias.
Suben emulando plegarias,
abriendo sus cuerpos, para dejar que
los rayos de Sol, penetren hasta los huecos
más oscuros de las nostalgias,
que se ocultan en los sótanos, con la timidez
de una música inconcreta,
antes de expandir su alma en álgidas notas
y celestes arpegios .
Escrito en Abril 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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