y nos trae una armonía lejana,
que las olas del mar repiten desde el eco
de las montañas.
Alguna imperiosa necesidad de piedra,
para resbalar ladera abajo, emulando
el sonido de las tormentas.
Anciano el tiempo que sucumbe a la demora,
abriendo un hueco en la inexactitud
de unos ojos perdidos en el horizonte.
Búsqueda, tal vez infinita, donde una línea
se alarga hasta la convergencia
de los remotos cielos, allende los mares.
Escrito en Abril 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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