volando entre el cascabel riente
de tu sonrisa y un algodón de ternura,
que se desprende vaporoso
desde tu alma.
Un ápice de luz difusa,
en el cristal transparente
de tus ojos, cuando la ilusión crece
y brota en la flor de tu pecho,
en un suspiro alado.
La inocencia es roja, como el impulso
que agolpa la sangre y hace crecer
el deseo en un caudal incesante
de gemas o constancias.
La vida se monda y se desprende de todas
sus cáscaras y vivencias,
en pieles secas, que van quedando
en el camino.
Muda crece, como la razón y la piel de la experiencia,
se desprende sobre los hilos del tiempo,
desenredándose y difuminando tinieblas,
en la luz de tus ojos.
Creas un halo inconfundible e irisado,
donde todos los matices del amor,
se plasman sobre la paleta y van acoplando
su versátiles tonalidades, sobre la escena
de nuestras vidas.
Te amo entre la sombra y la luz,
entre la aurora y el crepúsculo,
en cada amanecer te recobro
y sigo tus pasos, hasta que llega
el sosiego de la noche.
Escrito enJunio 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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