una suave luz de seda,
que entre tus ojos se queda,
en la mañana tranquila.
El horizonte, sonrisa,
de blanco diente extendido,
un tibio sol presentido
y el susurro de la brisa.
En el canto de tu voz,
todo avanza y se resuelve,
toda tensión se disuelve,
nada es violento, ni atroz.
La arista se difumina,
la vida tiene el color,
de tu luz y tu fulgor
que todo espacio ilumina.
Escrito en Junio 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario