sino un conjunto de ideas y abanicos,
para esparcir semillas que intentan brotar
en las almas libres.
La libertad nace en las cascadas
del pensamiento y se precipita
en el cauce de la boca, en forma
de sólida palabra.
No es la soledad en sí, la que induce
a la reflexión, sino la meditación interior,
la búsqueda de tu Yo más íntimo y real.
Ese duende invisible, que dicta con su voz,
las sabias palabras de la conciencia.
Sólo el que se equivoca, aprende
de todos los caminos, a elegir el correcto,
o el peor maestro correjirá sus actos.
El dolor siempre muestra la faz más dura y angosta
de una enseñanza.
No tengo la palabra que esperas,
pero si, los renglones torcidos de mi vida
y cómo logré enderezarlo.
En tu mente están las herramientas necesarias,
para llevar a cabo tu labor, con una ejecución perfecta
y un óptimo resultado.
Escrito en Junio 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario