Las palabras repetidas hasta la saciedad,
las mismas abominables palabras.
Fantasmas insepultos
y auténticamente voraces, que destruyen
el presente y limitan tu vida, en una angustia
que se niega a perecer,
entre explosivas alegrías, vivaces y cargadas
de energía positiva.
La vida transcurre veloz y nuestros pies
no llegan a alcanzar a ese tren, que pasa
de vez en cuando, con sus vagones
cargados de felicidad.
Escrito en Marzo 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario