es porque trato de descubrir
el auténtico tono timbrado, que se emite
desde lo más profundo, pues reverbera
con el alma, al unísono.
Toda imitación es pobre y se queda en eso…
un vago intento de acercarse a la orilla,
ya sin fuerza en los brazos.
La única verdad reconocida es la que escapa
de los guarismos convencionales
y se muestra con un ímpetu,
nacido de una profunda convicción,
con la seguridad en aquello que emitimos.
Todo nacimiento es un dolor que brota
de una ausencia, para hacerse presente
en nuestra realidad.
Todo lo que se parece a algo,
carece de identidad propia y se desvanece
como humo gris, por falta de consistencia.
Escrito en Marzo 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario