voces sin respuesta
y la mente puesta
en esa oquedad,
que busca una verdad,
entre los silencios,
que siempre sentencio,
por la cobardía
que crece en el día,
en que los temores
son nuestros señores.
Te increpan, caminan,
te asedian, lastiman,
se paran enfrente,
nublando tu mente.
El mundo agoniza,
pues se paraliza
esa rebeldía,
que antaño, otro día,
fue la creación
y motivación
de encontrar la forma
que cambie la norma,
desde el sentimiento
de un libre pensamiento.
No hay mejor herencia,
que nuestra elocuencia,
ni mayor verdad
que la libertad.
Escrito en Marzo 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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